Para el Primer Ministro de Sint Maarten, los Países Bajos "no tienen derecho a tomar a la población como rehén". El 13 de octubre, el Ministro del Interior de los Países Bajos, Ronald Plasterk, le anunció por teléfono que el reino estaba listo para querer contribuir financieramente a la reconstrucción de Sint Maarten. Pero con dos condiciones.

El primero es el establecimiento de una Cámara de Integridad para garantizar una gestión sólida y transparente de los asuntos públicos. El segundo es el control de las fronteras de la isla por parte de la Real Policía Militar y de Fronteras y las aduanas bajo la autoridad del Ministro de Justicia de Sint Maarten. Al imponer estas dos condiciones, los Países Bajos quieren asegurarse de que el dinero que se puede liberar y enviar localmente se use correctamente.

William Marlin no aprueba las condiciones o el método y se niega a establecer una cámara de integridad. El domingo por la tarde, después de una nueva llamada de Ronald Plasterk, lo repitió: "no hay razón para no confiar en las autoridades locales, la posición de los Países Bajos es injusta e inaceptable".

Los Países Bajos aseguran que no cederá ante ninguna de las dos condiciones. Sint Maarten tiene hasta el 31 de octubre para aprobarlos o no.

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