Llegué a St-Barth dos semanas después de Irma, el 22 de septiembre, y vi que la isla todavía tenía muchos daños, incluso si la gente ya había comenzado a limpiar y reconstruir.
Regresé allí el 11 de noviembre a través de Voyager, que había reanudado sus rotaciones. Cuando llegué a Gustavia había un buen ambiente, todo estaba limpio, había tiendas y restaurantes abiertos, los edificios ya estaban casi completamente restaurados y la gente estaba ocupada pero sonriendo. Estaba realmente asombrado. Fue como si hubiera ocurrido un pequeño milagro. Parecía que la isla nunca había sido visitada por el ciclón más grande de todos los tiempos. Pero, de hecho, no es un milagro. Son las personas que viven aquí quienes han hecho todo lo posible para volver a la normalidad lo más rápido posible. Trabajaron juntos para hacer que "el milagro suceda". Cientos de personas, individuos, empresas y asociaciones se han unido para dar a la isla la oportunidad de recuperarse después de este desastre.
Para permitir todo esto, la comunidad de St-Barthélémy ha creado la Fundación St-Barth que apoyará acciones de reconstrucción, ayuda en caso de desastres y acciones por la naturaleza, con replantación y otros proyectos. Y aquí está el resultado, está ante nuestros ojos.
Para la temporada alta que comienza pronto, hablamos del 40 al 50% de la asistencia turística en comparación con otras temporadas. Y la disponibilidad de hoteles y villas parece mostrar el mismo porcentaje.
Te aconsejo que vayas pronto a St-Barth para pasar unos días en total relajación, te sorprenderás, como yo, de la belleza de la isla: quizás más bella que antes de Irma. _Roberta Ceccarelli
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