Un conserje de un hotel del lado holandés fue despedido porque no había respetado los gestos de barrera cuando supo ser portador del Covid-19. El tribunal de Sint Maarten tomó conocimiento del caso: el empleador solicitó la rescisión del contrato, el empleado lo contrario.
El pasado mes de abril, el comportamiento del empleado fue objeto de una denuncia de sus compañeros a su empleador. En dos ocasiones, sus compañeros lo observaron estornudar sobre objetos que posteriormente no limpió. Durante un período de cuatro días, los colegas también notaron que su estado de salud se deterioró (dificultad para caminar, etc.). Le pidieron que se quedara en su casa pero se negó. El empleado está hospitalizado, dio positivo por Covid-19 pero no informó a sus colegas ni a su empleador. Se le acusa de haber transportado a uno de sus compañeros en automóvil y así contaminarlo.
Es por estos motivos que el jefe le envía una carta de despido. El caso fue examinado en junio de este año. La sentencia se dictó en agosto: la rescisión del contrato fue pronunciada por los tribunales en una fecha, sin embargo, aplazada en casi tres meses respecto a la mencionada por el patrón. Por lo tanto, estos últimos deben pagar una asignación salarial correspondiente a este período.
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