Una de las promesas de campaña de Emmanuel Macron fue finalmente dejada de lado a principios de esta semana en la Asamblea Nacional. El requisito de tener antecedentes penales limpios para presentarse a las elecciones fue suspendido durante los debates sobre los proyectos de ley sobre la moralización de la vida pública. Según el Gobierno, el requisito de antecedentes penales limpios conllevaba un "riesgo de inconstitucionalidad". Varios funcionarios electos deploraron un "revés" del gobierno sobre este tema. Durante la reunión, se adoptaron sanciones en caso de incumplimiento de la probidad para los funcionarios electos: los diputados de hecho votaron una enmienda que prevé una "penalización adicional obligatoria de inelegibilidad" en caso de incumplimiento de la probidad.
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