El 23 de abril de 1985 fue condenado a la edad de 22 años a cadena perpetua por la violación y asesinato de una joven en Sint Maarten, "la sentencia más larga" se había dictado debido a un alto riesgo de reincidencia, según un informe de un médico psiquiatra. Luego, el acusado fue encarcelado en Curaçao.
En 2015 entró en vigor una nueva ley que permite la libertad condicional de personas que ya habían cumplido 25 años de prisión. El convicto estaba preocupado pero su caso no fue sugerido hasta 2018, tres años después de la nueva ley, señalaron los jueces. Después de cuatro años de procedimientos, el caso de este individuo fue examinado por el tribunal a principios de abril.
Los magistrados realizaron varias audiencias. Los primeros de todos los familiares de la víctima. Los padres, hermanos y hermanas se opusieron a la liberación del hombre. Indicaron que todavía estaban “traumatizados, que todavía les cuesta mucho aceptar y afrontar la pérdida de su hija y de su hermana”. Creen que "dada la naturaleza horrible del crimen cometido, la persona condenada nunca debe ser puesta en libertad condicional y, por lo tanto, se oponen enérgicamente".
Además, se realizó una nueva evaluación psiquiátrica del recluso y el médico concluyó que “el riesgo de reincidencia era [hoy] bajo”. "Actualmente no hay factores de riesgo que conduzcan a un mayor riesgo de recurrencia", dijo. Destacó que el individuo pudo reintegrarse a la sociedad, opinión compartida por el oficial de libertad condicional y la trabajadora social que acompañan al reo en prisión.
Ante estos elementos, el tribunal considera que la cadena perpetua “ya no responde a un objetivo razonable”, por lo que el reo debe ser puesto en libertad. Lo estará el 1 de julio después de pasar 37 años entre rejas. Tiene 59 años. Si comete otro delito, será encarcelado nuevamente y no podrá ser liberado.
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