ESPACIO: Tres erupciones solares de clase X se desencadenaron en solo 24 horas

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Los días 21 y 22 de febrero, en 24 horas, el sol provocó tres enormes erupciones solares, la última de las cuales X6.37 es la más intensa del ciclo solar desde 2017.

Entre el miércoles y el jueves pasados ​​se lanzaron tres prominentes erupciones solares de clase X. Los dos primeros ocurrieron con siete horas de diferencia, con magnitudes de X1,8 y X1,6, respectivamente. El tercero, el más potente del actual “ciclo solar” de 11 años, obtuvo un impresionante X6,37. Sorprendentemente, todas estas llamaradas provocadas por la mancha solar gigante AR3590 no proyectaron ninguna eyección de masa coronal hacia la Tierra. Las eyecciones de masa coronal (CME) son enormes burbujas de plasma coronal unidas por intensas líneas de campo magnético que son expulsadas del Sol durante un período de varias horas. Las CME a menudo se parecen a una enorme cuerda retorcida, que los científicos llaman “cuerda de flujo”. Las llamaradas pueden llegar a la Tierra en cuestión de minutos, pero las CME suelen tardar al menos un día. Para analizar todos estos movimientos, los astrónomos clasifican las erupciones solares, o explosiones de radiación que generalmente se originan en manchas solares o decoloraciones azules en la superficie del sol, en orden creciente de intensidad. Hay cinco categorías, etiquetadas con las letras A, B, C, M y 10 veces más poderosas que una Categoría M y 10 veces más poderosas que una Categoría C. Las manchas solares son más comunes cerca del pico del ciclo solar de 100 años. Se espera que el ciclo actual, el 11, alcance su punto máximo este año. Cuantas más manchas solares, más oportunidades hay de que se produzcan erupciones solares. Éstas, y las eyecciones de masa coronal (CME) que las acompañan, pueden influir en el “clima espacial” en todo el sistema solar, e incluso aquí en la Tierra. Las CME son ondas de choque más lentas de energía magnética del sol. Las tres erupciones solares de clase X del 25 y 21 de febrero de 22 interrumpieron las comunicaciones por radio de onda corta en la Tierra. La radiación ultravioleta extrema de cada erupción ionizó la parte superior de la atmósfera terrestre, provocando cortes de radio de onda corta en el Océano Pacífico sobre Hawaii y Australia. Los marineros y radioaficionados en estas áreas pueden haber notado una pérdida de señal en todas las frecuencias por debajo de 2024 megahercios. Por lo tanto, dada la ausencia de la más mínima eyección de masa coronal hacia la Tierra, ninguna tormenta geomagnética debería afectar a nuestro planeta. _Vx

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