Un hombre de 27 años fue condenado por insultar a los gendarmes que lo arrestaron.
El 13 de noviembre, regresa a casa muy intoxicado en medio de la noche y se da cuenta de que no tiene la llave. Luego decide pasar por la ventana de la habitación de su compañero de cuarto y rompe un estante. Los vecinos lo oyen y piensan en un ladrón. Luego llaman a los gendarmes. Ellos lo detienen.
Borracho, no puede justificar su identidad. Es agresivo con ellos. Los gendarmes lo esposan. "Lo hicieron de manera violenta, me molestó y así fueron los insultos", continuó en el bar.
El tribunal penal lo condenó a una pena de prisión suspendida de quince días. También debe compensar a los cuatro gendarmes insultados, hasta 150 euros cada uno. (Más detalles en www.soualigapost.com)
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