El proyecto para desarrollar la bahía de Marigot, presentado al Consejo Territorial el jueves pasado, prevé un área rellenada de 21,5 hectáreas destinadas a acomodar la infraestructura del hotel, un malecón para hacer frente a los ciclones y una cuenca de 32 hectáreas para barcos de crucero medio y tráfico interinsular. Dos años podrían ser suficientes para ese trabajo, que no está exento de puntos problemáticos.
Primero el financiamiento: se deja a los inversores privados que tendrán los beneficios de operar la infraestructura a cambio de su construcción. Por supuesto, se les exigirá que sigan las instrucciones del COM y este último no aceptará a la primera persona que lleve a cabo el proyecto. Pero la duración de las concesiones (más de 50 años), el hecho de que los estudios preliminares (impacto en el medio ambiente, investigación pública, consulta con la población) son responsabilidad de los inversores, lo que puede parecer absurdo, y la aprobación de la gestión queda para los sectores privados son motivo de preocupación. El CESC ha emitido además una opinión desfavorable. Del mismo modo, Jules Charville señaló que las fórmulas quedaron incompletas en el cuerpo mismo de la deliberación (especialmente sobre la duración de la construcción de viviendas de alta gama) y destacó el riesgo ambiental y social (el distrito Sandy Ground). Sin embargo, el proyecto fue adoptado por mayoría, a pesar de 5 abstenciones y un voto desfavorable de los funcionarios electos. _HM
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