En 2011, Emmanuel Gimenez, criador y fundador del proyecto Carib Genes, regresó a su isla de Saint-Martin y se hizo cargo de la granja familiar, ya que su tío abuelo ya no podía trabajar allí. Poco a poco restauró la propiedad que actualmente cuenta con una cincuentena de animales.
Según Emmanuel Gimenez, es necesario sobre todo gestionar el problema de la reproducción para poder avanzar y producir realmente con calidad. Como resultado, está pensando en su propio proyecto. Sigue una formación, obtiene su diploma con una aprobación sanitaria del centro de almacenamiento de semen bovino para pasar a la inseminación artificial. La inseminación artificial es un “progreso genético” que permite reducir el impacto ambiental de la cría: los criadores utilizan menos animales para obtener el mismo resultado.
Sin embargo, aún no ha comenzado por una simple razón: la falta de estructuración de la industria vacuna. La próxima reapertura del matadero da esperanza a Emmanuel que no ha reducido su ganado.
Pronto, podrá iniciar la inseminación artificial en sus animales. Así, nueve meses y medio después, los primeros nacimientos de crías verán la luz en el territorio.
Emmanuel apuesta por su proyecto Carib Genes y espera que sea la herramienta imprescindible para otros criadores.
Finalmente, el pasado mes de junio aprobó un diploma para poder utilizar el principio de la inseminación con cabras. También está en proceso de obtener la etiqueta AB. Será el primero en obtener la certificación de Agricultura Orgánica a principios de 2023 para toda su cría.
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