El viernes 24 de septiembre, alrededor de la 1 a.m., una patrulla de la policía holandesa vio un vehículo estacionado en la oscuridad en la playa de Guana Bay. Luego de varios controles del vehículo, la policía procedió a detener a sus ocupantes.
El conductor del automóvil y su pasajero no pudieron explicar a los policías cómo pudieron adquirir este vehículo. De hecho, fueron arrestados y llevados a la comisaría de policía de Philipsburg, donde los detuvieron.
El vehículo fue confiscado y se inició una investigación.
La policía de Sint Maarten señala que muchos vehículos robados se venden muy por debajo de su valor real. Algunos compradores no tienen idea de que el coche ha sido robado y, a veces, se enteran demasiado tarde. La policía especifica que los compradores se ven doblemente perjudicados, ya que se confiscará el vehículo y se perderá el dinero. Además, pueden ser procesados por encubrimiento.
La policía de Sint Maarten hizo saber que está trabajando con sus homólogos del lado francés para poner fin a los robos de vehículos. Para ello, la policía y los gendarmes han intensificado los controles de los vehículos sospechosos de ser robados.
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