El lunes 20 de marzo de 2023 quedará grabado para siempre en la memoria de este jubilado de 80 años que vino a pasar unos días de vacaciones a Saint-Martin. Debe haber sido un día como los anteriores desde su llegada a la isla: soleado, y feliz, llevado por el calor de los habitantes de esta isla.
Como suele suceder en la mañana, el tráfico está bloqueado en Sandy-Ground por el levantamiento del puente. Nuestro jubilado, aprovechando la buena vida y el frescor de la mañana, se encuentra parado, con la ventana abierta, cuando de repente, un individuo, llegando en una scooter, intenta arrebatarle un collar a la víctima. Este último no lo suelta y el perpetrador se va con parte del botín. Apenas recuperándose de este ataque, fue víctima de un segundo asalto por parte del mismo autor quien regresó esta vez armado con un revólver para que le entregaran el resto de los bienes del pensionado de vacaciones. Pero ante su resistencia, y viendo que los mirones empezaban a acercarse, el autor del atentado acabó asestando un violento golpe en el rostro del octogenario antes de huir. Rápidamente en el lugar de los hechos, los gendarmes recogen elementos esenciales para el desarrollo de la investigación. A pesar de la celeridad de las investigaciones, y de la constitución de un sólido expediente judicial bajo la dirección de la Vicefiscal, el acusado intentará una vez más agredir a un turista estadounidense también en su vehículo.
Los gendarmes de Saint-Martin lograron detener al agresor la semana pasada y lo presentaron ante el tribunal de Basse-Terre que ordenó la prisión del autor durante 4 años por los hechos relatados anteriormente. “La seguridad es un problema importante en la isla de Saint-Martin, cuyo modelo económico se basa en gran medida en el turismo”, enfatiza el teniente coronel Wintzer-Wehekind.
“La lucha contra los ataques dolosos a la integridad física de las personas es una de las prioridades que nos hemos fijado. Saint-Martinois y los turistas deben poder pasear por las calles de la isla sin miedo. Para ello, mis gendarmes despliegan diariamente toda su energía, pero nada pueden hacer sin la cooperación de la población. La seguridad es cosa de todos, porque como decía el criminólogo Lacassagne: las sociedades sólo tienen los criminales que se merecen”.
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